La leche y sus derivados son grandes aliados nutricionales, incluso para los que buscan bajar de peso o simplemente realizan deporte con regularidad.
Para comenzar, este alimento puede aportar energía a través de la lactosa y la grasa, por lo que quienes hagan deporte o actividades que requieran un mayor desgaste metabólico por parte del cuerpo, pueden utilizar la leche o los lácteos como una alternativa más saludable para obtener energía. Además, proteínas de la leche de vaca, como la caseína y la lactoalbúmina, contribuyen a disminuir la sensación de hambre, lo que es ideal para las personas que sufren de ansiedad.
No todos los alimentos con grasa son perjudiciales para el organismo, y, de hecho, la leche de vaca incluye lipoproteínas de alta densidad (HDL), que también se conocen como “colesterol bueno”, las cuales contienen ácido linoleico conjugado (CLA), que puede ser beneficioso para prevenir enfermedades cardiovasculares y también un aliado para quemar calorías, según varios estudios.
Si vamos más allá, en un escenario en el que se busca quemar calorías como prioridad, los nutricionistas recomiendan privilegiar el consumo de productos lácteos que ofrezcan menor aporte calórico. Acá es donde entran tipos de leche como la descremada y deslactosada (que es más fácil de digerir), quesos bajos en grasa (como el cottage), el yogur (cuyas bacterias reducen su nivel de azúcar naturalmente) y otros productos con niveles de azúcar aún menores y mayor contenido de proteínas, como el yogur griego.
Los lácteos se presentan como una alternativa ideal para reponer nutrientes que se pierden en actividades cotidianas, y también durante procesos de ejercitamiento o dieta. Todo esto, a partir de una fuente de energia más saludable, respecto a otros productos alimenticios.
Cabe resaltar que el consumo diario de lácteos, así sean bajos en grasa, debe ser acorde a las porciones indicadas por nutricionistas y entidades internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, en donde se recomiendan para el adulto colombiano promedio no más de cinco porciones de lácteos diarias, y no más 3,5 porciones de lácteos diarias para las mujeres.
Todo este proceso de alimentación con lácteos para reducir de peso también debe ir complementado de un programa de actividad física y ejercicio cardiovascular constante, ojalá acompañado por un profesional.