Si mueres de ganas por comerte un baby beef o una pasta con albóndigas, pero crees que la carne de res es perjudicial para tu salud; no te engañes, aquí te daremos información útil para resolver tus dudas. Toma nota.
La onda del fitness le ha dado al mundo de la nutrición un giro de 180 grados. Pululan por allí todo tipo de noticias y posts que lo único que hacen es confundir al consumidor. De un momento a otro, alimentos de toda la vida como las carnes rojas, la leche, la soya, el queso, hasta los huevos, se han convertido (para muchos) en ‘el enemigo’.
La realidad es muy distinta a lo que lees en los posts de tus influenciadores favoritos y, cuando se trata de temas de nutrición, existe evidencia científica y estudios a profundidad que respaldan las indicaciones de médicos y nutricionistas. Es importante informasrse bien y no tratar con ligereza ningún tema nutricional. No pierdas de vista el hecho de que —como dirían las abuelas—, cada persona es un ‘mundo aparte’ y según la edad, el sexo, el nivel de actividad física, y hasta la profesión, cada individuo necesita de alimentos y cantidades distintas, así que deja de buscar fórmulas mágicas y universales que no existen.
Uno de esos productos ‘satanizados’ ha sido la carne de res. Mucho se ha dicho, pero poco se ha entendido y si eres de esas personas confundidas por el exceso de información, no te preocupes. Aquí te contamos cómo puedes seguir disfrutando de las delicias cárnicas, de una forma súper saludable. Empecemos.
Elige sabiamente
Si bien es cierto que la carne de res puede tener niveles más elevados de grasa en comparación con el pollo o el pescado, también es verdad que lo importante es saber escoger el tipo de corte más apropiado según tus necesidades. Si lo que buscas es comerte un buen steak al mismo tiempo que cuidas las calorías y la cintura, lo mejor es optar por cortes como el lomito, el muchacho, el solomillo y la colita del cuadril.
Elimina los gorditos
Sí, sabemos que no hay nada más delicioso que las puntas rellenitas del churrasco, pero si lo que buscas es alejarte de esa grasita extra, no hay que sacrificarlo todo. Simplemente, quita los pedazos donde hay más gorditos y ¡listo!
Explora en la cocina
Hervida, asada, en estofado, deshilachada, el método de preparación es fundamental, tanto para la carne de res como para cualquier otro tipo de proteína. Evita las frituras, que por lo general son una bomba de calorías.
Utiliza ingredientes complementarios saludables
Aceite de oliva, aceite de coco, mantequilla ghee, salsas naturales, hierbas como el orégano, el ajo, el tomillo, la pimienta, el laurel, mejor dicho: las opciones para darle un toque de sabor natural a la carne son infinitas. Evita los aceites ultraprocesados, las salsas llenas de conservantes y/o condimentos artificiales. No solo te lo agradecerá tu cuerpo, tu paladar también.
Balance, balance, balance
El secreto de la felicidad está en saber vivir con mesura. Tener ‘equilibrio’ implica varias cosas: desde combinar alimentos de todos los colores, comer varios tipos de proteínas (animales y vegetales), evitar la monotonía de ingredientes, consumir una cantidad abundante de verduras y frutas para alcanzar buenas dosis de fibra diarias, tomar agua por montones, evitar los dulcesitos en exceso, salir a caminar, bailar, tomar el sol para absorber la vitamina D, leer, reirte, dormir y hasta llorar. La salud no es atribuible a una sola cosa. Todo lo que hagas con balance y conciencia, suma.
Contenido elaborado con la asesoría de Ana María Ángel, Vicepresidenta Nacional y Presidenta Capítulo Bogotá y Cundinamarca del Colegio Colombiano de Nutricionistas Dietistas – COLNUD.